En los últimos años el régimen de custodia compartida en casos de divorcio y separaciones ha aumentado de forma significativa. Estamos avanzando hacia el establecimiento de este sistema como prioritario, dado que se ha comprobado a través de numerosos estudios que es beneficioso para el bienestar emocional y social de los menores. No obstante, la custodia compartida exige una serie de requisitos importantes que es necesario tener en cuenta a la hora de decidir si esta opción será la más adecuada para la nueva situación familiar tras una ruptura.
Estas son las cinco claves fundamentales para saber si la custodia compartida es lo mejor para tus hijos:
1.- Ambos progenitores deben presentar una adecuada capacidad parental: Si en alguno de ellos existen antecedentes de trastorno mental, abuso de sustancias o violencia familiar no sería recomendable la custodia compartida.
2.- Después de la ruptura debe existir un nivel de conflicto entre los ex cónyuges bajo: Dado que la coparentalidad exige la comunicación y el diálogo frecuente entre el padre y la madre para llegar a acuerdos sobre la educación de los hijos, es imprescindible que ambos sean capaces de apartar las diferencias que les llevaron a divorciarse y entablar una relación de cooperación por el bien los menores.
3.- El estilo educativo debe ser similar: Si, por ejemplo, uno de los progenitores tiene un estilo educativo autoritario y el otro permisivo, la alternancia de domicilios creará en los niños un profundo desconcierto, dado que experimentarán el cambio de normas y reglas familiares constantemente, lo que no beneficiaría un desarrollo evolutivo sano y equilibrado.
4.- Debe existir por ambas partes el tiempo suficiente y necesario para dedicar a los hijos: La conciliación laboral y familiar es indispensable. La custodia compartida exige que tanto la madre como el padre dispongan de una jornada de trabajo que les permita atender a los menores.
5.- Los domicilios tendrían que tener cierta proximidad geográfica: Es importante que el cambio de casa no implique para los hijos alteraciones en su vida escolar y social. Si las viviendas están próximas entre sí y cerca del colegio, los niños podrían seguir en su entorno y desarrollar su vida diaria con normalidad.
Victoria Souviron
APFA